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Y desde ONU Mujeres, ¿Cómo valoran e impulsan la situación económica de la mujer en la región?

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María-Noel Vaeza se incorporó a ONU Mujeres como Directora Regional para las Américas y el Caribe en julio de 2019.

Desde ONU Mujeres trabajamos de una manera muy directa en temas que priorizamos como es el establecimiento de los sistemas de cuidados como un derecho, el establecimiento de sistemas nacionales de cuidados fundamental para remover el principal obstáculo que encuentran las mujeres para poder trabajar fuera de sus hogares sabiendo que dejan a sus niños, adultos mayores o discapacitados, en las mejores manos.

Para ello, hemos hecho varios análisis, uno de ellos con la CEPAL en 2020, y este 2021 vamos a hacer el costeo: ¿Cuánto cuesta tener sistemas de cuidado? Acabamos de terminarlo en México y lo que estamos tratando es demostrar que supone un triple dividendo tener sistemas de cuidado: un dividendo para el bienestar de la familia, un dividendo para la economía porque la mujer puede salir a trabajar y un dividendo porque es una nueva industria la que se crea, la industria del cuidado, que necesita a gente capacitada, y todo ello repercute en la tributación, porque quien tiene un trabajo más normal y fijo paga impuestos y paga el sistema. Para nosotros es un “win, win, win”, “ganar, ganar, ganar”. Esa es mi prioridad política número uno: que todos los países de la región tengan sistemas nacionales de cuidado. Gracias a Dios mi país tiene un sistema muy bueno que ha creado 50.000 puestos de trabajo, que para Uruguay es muchísimo, y ha dado capacidad a muchas familias para poder salir a trabajar.

Otro de los grandes temas que perseguimos es el financiamiento y las inversiones con enfoque de género, y estoy muy satisfecha porque hemos iniciado un ecosistema en el que estamos invitando a todos quienes invierten (fintech, venture capital, ángeles…). Para mí ha sido fundamental porque antes no había absolutamente nada y se está convirtiendo en un referente.

Para mi hay que focalizar y priorizar. Hacemos miles de cosas, pero creo que tenemos que tener dos o tres cosas muy visibles, que tengan impacto. Ese es mi objetivo, tener impacto en lo que hacemos. Y una de las cosas que surgió en la pandemia es la maravilla de trabajar en línea y poder conectar a la gente. Las mujeres necesitamos hablar, expresar, decir y necesitamos también relacionarnos.

Le he dado mucha importancia al cribado económico porque una mujer que tiene autonomía económica es una mujer que va a ser más difícil que sea víctima de feminicidio.

118 millones de mujeres en América Latina trabajan en la informalidad y esa realidad tenemos que cambiarla. Obviamente, son las mujeres las que más sufrieron en la pandemia porque sus fuentes de trabajo desaparecieron. Por eso, trabajamos junto a la CEPAL para alcanzar un subsidio universal.

Además, el 30% de estas mujeres son madres solteras. Si no las apoyamos, estamos embargando el futuro de nuestros niños. El empoderamiento económico es fundamental, una pieza clave para el cumplimiento de la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Yo siempre digo que yo no soy neutral, seré imparcial, pero no soy neutral, porque esta es mi Agenda y, obviamente, el ODS 5 para mí es el más importante.

Creo que el emprendimiento femenino es, sin duda alguna, una herramienta para impulsar la situación económica de la mujer y la generación de nuevas oportunidades de ingresos, de empleo, de promoción de un desarrollo tanto a nivel nacional como a nivel de los territorios, por eso creo que cada mujer debería de ser una emprendedora, una empresaria, porque tenemos una energía maravillosa, transformadora, y porque somos managers naturales porque somos madres.

El Banco Mundial ha dicho que en nuestra región las mujeres representan el 40% de la población económicamente activa. La CEPAL habla de un poquito más, pero básicamente es menos del 50%. No somos un colectivo. Somos el 50% de la población y no hay límites.

Es una perdida enorme de oportunidades, porque esas mujeres no trabajan, no emprenden, pero tienen necesidades. ¡Imagínate!  Si el 25% de las mujeres participasen en la economía, nuestra región crecería tres o cuatro puntos más. Es una estupidez política enorme que los representantes políticos no vean la necesidad de aumentar, facilitar y remover los obstáculos para la participación económica de la mujer.

Creo que cada mujer debería de ser una emprendedora, una empresaria, porque tenemos una energía maravillosa, transformadora y porque somos managers naturales.