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Thalía sigue escuchando.

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A tres meses de cumplir 50 años, la reina del pop latino lanza un nuevo álbum que pisa fuerte frente a las nuevas estrellas mientras celebra la vigencia de sus primeros éxitos.

Thalía (Ciudad de México, 49 años) lleva al menos una década encabezando titulares que celebran su renacer. Una injusticia con la cantante mexicana, teniendo en cuenta que en los últimos 10 años lanzó cinco discos –sin contar sus dos incursiones en la música para niños–, se reinventó desde el reguetón para volver a encabezar las listas Billboard y entendió mejor que la mayoría que convertirse en un chiste viral era solo otra oportunidad de llegar a nuevos públicos. La reina del pop latino entró en la década pasada haciendo ruborizar al expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, invitándolo a bailar en una fiesta en la Casa Blanca, y comenzó esta con dos bombas: desbancando en descargas al mismísimo Maluma con la reedición digital de su primer álbum de 1990 y lanzando uno nuevo con el que celebra su temprana intuición sobre la implosión del español en la música global.

La cantante mexicana nacida en 1971, que en agosto cumplirá 50 años, presenta estos días desAMORfosis, su decimoséptimo álbum de estudio, en el que se anima en el trap con la misma soltura con la que vuelve a sus orígenes en la música regional de su país. “Mi columna vertebral es el pop, pero siempre me ha gustado interactuar con otros ritmos. Ahora es algo que se espera de los artistas, pero cuando comencé se decía que era raro, que no se podía”, le dijo a la publicación digital de los Grammy sobre el disco. En él colabora con una nueva sensación del pop, su compatriota Sofía Reyes –nacida en 1994, cuando la intérprete de Amor a la mexicana ya había publicado tres discos–, el rapero puertorriqueño Myke Towers y Banda MS, los líderes de la música popular del norte de México.

desAMORfosis acumula 30 millones de reproducciones en Spotify con promociones en todos los frentes. Thalía lo presentó el 11 de mayo en el programa nocturno de Jimmy Fallon, el presentador más visto de la televisión estadounidense, y empezó a impulsar el estribillo del primer sencillo, ‘Mojito’, entre las canciones de reguetón que necesitan 15 segundos cerrados para viralizarse entre sus siete millones de seguidores de Tik Tok.

Pero el nuevo álbum no fue una reaparición mediática de las que lleva a cabo cada dos años. La mexicana comenzó 2021 con la reedición digital de sus tres primeros discos, Thalía, Love y Mundo de Cristal, que a finales de enero se colaron entre los 10 más descargados en iTunes México. El homónimo llegó a la primera posición, desbancando los últimos lanzamientos del reguetonero colombiano Maluma y de Zoé, los legionarios del nuevo rock independiente mexicano.

La incursión en la música urbana, la capitalización de las redes sociales y el éxito en plataformas digitales han marcado los últimos cinco años de una de las máximas exponentes de los noventa en México. Pero en la era en la que el trapero Bad Bunny se convierte en el músico más escuchado del mundo y levanta pasiones vestido de mujer o la rapera Karol G explora el empoderamiento femenino desde el reguetón, algunas cosas no cambian.

Thalía, hija de la fábrica de ídolos adolescentes de Timbiriche, última heredera del pop hecho de bronceado todo el año, dientes perfectos y blancura sudamericana, celebra con el mismo entusiasmo la polémica por un sencillo como Lindo pero bruto, una mirada irónica a la cosificación desde una perspectiva femenina, que llega a la portada de Vogue repitiendo los looks “más atrevidos” de su adolescencia. Entre lanzamientos, la cantante mexicana “cumplió el sueño” de ser portada de la revista de moda emulando algunos de los atuendos con los que causó furor en los noventa. El mismo Jimmy Fallon le recordó esa época, en que uno de sus primeros sencillos fue censurado en la radio mexicana cuando la artista tenía 17 años.

– Tus canciones fueron prohibidas cuando saliste por primera vez. Eran muy picantes, ¿o qué pasó?

“Mucho contenido sexual, muchas cosas explícitas, conceptos que para entonces probablemente eran mucho para una chica de 17 años. Ahora, 31 años después, ¡esos discos son un éxito de la era digital!”, respondió la cantante. La cantante estaba por cumplir los 20 cuando Saliva, su segundo sencillo solista de 1990, escandalizó a algunas emisoras mexicanas. La crónica local la condenó como “muy sexy cayendo en lo vulgar, porque por muy de moda que esté en Europa, en México no estamos muy acostumbrados”. A punto de cumplir los 50 años en agosto, los mismos diarios alaban su “esfuerzo” y “versatilidad”.

“Soy muy obstinada, pero siempre me ha gustado escuchar”, resume en la entrevista con el portal de los Grammy. Thalía atraviesa su enésimo renacer mientras presenta música nueva, mira al pasado sin pudor y sigue navegando la vida pública.