La emblemática estructura del Puente de las Américas, que este año cumple 62 años de servicio tras su inauguración en 1962, se encuentra en un estado crítico. A pesar de su construcción original que costó $20 millones y duró tres años, su rehabilitación ha tomado casi dos décadas, con pocos avances visibles. Hoy, los daños acumulados a lo largo del tiempo han convertido al puente en un peligro latente para los miles de conductores que lo transitan diariamente, quienes insisten en que las autoridades tomen medidas inmediatas para su reparación.
A este alarmante deterioro se suman las recientes investigaciones de la Fiscalía Anticorrupción por la desaparición de 600 vigas H, materiales destinados a las obras de rehabilitación del Puente de las Américas. El Ministerio de Obras Públicas (MOP) denunció la pérdida del material el pasado 5 de septiembre, lo que destapó un escándalo de posible peculado dentro de la administración pública.
Hasta el momento, la Fiscalía Anticorrupción, en conjunto con la Policía Nacional, ha logrado recuperar 50 vigas de las 600 extraviadas, tras una serie de allanamientos. El martes por la noche, 10 vigas fueron encontradas en una finca en la comunidad de Los Balsas, corregimiento de Los Algarrobos, en la provincia de Veraguas. Además, otras vigas fueron localizadas en distintos puntos, como en locales de la 24 de diciembre y en juntas comunales de San Miguelito y Las Cumbres.
Este robo de material destinado a una obra tan vital como el Puente de las Américas ha indignado a la ciudadanía. El caso no solo refleja la gravedad del abandono en que se encuentra esta infraestructura, sino también los profundos problemas de corrupción en las instituciones encargadas de su rehabilitación. A medida que la Fiscalía avanza en su investigación, se espera que los responsables del delito contra la Administración Pública rindan cuentas por este grave acto de peculado.
La falta de acción inmediata por parte de las autoridades no solo pone en riesgo la integridad del Puente de las Américas, sino también la seguridad de los miles de panameños que dependen de esta vía para su movilidad diaria. La urgencia de intervenir y reparar el puente se vuelve cada día más evidente, mientras la población exige justicia y transparencia en el manejo de los recursos destinados a esta obra de infraestructura clave para el país.