En Panamá, un país bendecido por su rica biodiversidad y recursos naturales, se encuentra una oportunidad de oro para fortalecer la soberanía alimentaria y garantizar la seguridad alimentaria para las generaciones venideras. Sin embargo, esta prometedora posibilidad está en peligro debido a las problemáticas que enfrenta la juventud rural, quienes son esenciales para el futuro del sector agropecuario.
En la actualidad, Panamá cuenta con aproximadamente 3,040,086 millones de personas mayores de 18 años, de las cuales alrededor de un millón y medio se encuentran en el rango de edad de 18 a 40 años. Este grupo demográfico, especialmente los jóvenes de entre 18 y 25 años, representa una fuente inestimable de energía y potencial para revitalizar el sector agropecuario y asegurar la soberanía alimentaria del país.
La soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a decidir sobre la producción, distribución y consumo de alimentos de manera sostenible y ecológica, con el objetivo de garantizar el acceso físico y económico a alimentos suficientes, seguros y nutritivos para toda la población. En otras palabras, se trata de tener el control sobre lo que se cultiva y se consume, una prerrogativa crucial para la independencia y la seguridad alimentaria de una nación.
Sin embargo, la juventud rural en Panamá se enfrenta a una serie de desafíos que obstaculizan su participación en el sector agropecuario y, por ende, ponen en riesgo la soberanía alimentaria. Estos desafíos incluyen:
- Acceso a la Educación de Calidad: Para que los jóvenes rurales puedan cerrar la brecha de acceso al conocimiento y desarrollar habilidades agrícolas modernas y sostenibles, es fundamental que tengan acceso a una formación educativa de calidad.
- Tenencia de Tierras: La falta de acceso a tierras propias para trabajar es un obstáculo significativo para los jóvenes que desean involucrarse en la agricultura. Se requieren políticas que faciliten la adquisición de tierras y la seguridad en la tenencia.
- Financiamiento Diferenciado: Es necesario establecer una cartelera de financiamiento diferenciada que atienda las necesidades financieras de los jóvenes agricultores, ofreciendo tasas de interés preferenciales y apoyos económicos adecuados.
- Tecnología Agrícola: Facilitar el acceso a tecnologías agrícolas avanzadas, como sistemas de riego eficientes, maquinaria moderna y prácticas de agricultura de precisión, es esencial para mejorar la productividad y sostenibilidad en el sector.
- Roles de Género: En las áreas rurales, los roles tradicionales de género pueden limitar la participación plena de las mujeres jóvenes en la agricultura. Es fundamental promover la igualdad de género y empoderar a las mujeres rurales en el sector.
Para abordar estos desafíos, es crucial que las autoridades gubernamentales, las organizaciones no gubernamentales y la sociedad en su conjunto trabajen de la mano para crear un ambiente propicio para la juventud en el sector agropecuario. Esto implica la implementación de políticas que fomenten la formación, la inversión, la tecnología y la igualdad de oportunidades.
La juventud de Panamá tiene el potencial de ser la fuerza impulsora detrás de la revitalización del sector agropecuario y de garantizar la soberanía alimentaria del país. Es hora de reconocer su importancia y brindarles el apoyo necesario para que puedan liderar el camino hacia un futuro alimentario más sostenible y seguro para todos los panameños. La soberanía alimentaria está en sus manos y en sus corazones, y es nuestro deber asegurar que tengan las herramientas y la oportunidad de hacerla realidad.