Por: Isabel Marín
Aumentar la participación de las mujeres en las decisiones políticas de Panamá y el mundo, es ambas, una deuda y una necesidad social que alberga la posibilidad de grandes beneficios para muchas de las poblaciones vulnerables, ya que, ser mujer en nuestra sociedad, frecuentemente nos coloca en posiciones de vulnerabilidad. Es por esto que es más fácil para las mujeres, conectar y empatizar con las necesidades reales de los grupos vulnerables a ser violentados por la sociedad que hemos creado.
Considero que, para tomar la mayor ventaja del liderazgo femenino natural, es importante tomar un paso atrás de la construcción que tenemos del liderazgo político actual, que tiene características algo arcaicas y buscan desesperadamente una actualización a la manera de tomar decisiones y crear soluciones. Para esto las mujeres líderes o que aspiramos a ser líderes políticas, debemos conectar con nuestra energía femenina natural al liderar, desprendernos de la idea que por años nos han querido vender, de que somos muy emocionales, muy sensibles o muy conflictivas para liderar. Es necesario borrar esos estereotipos y realmente conectar con nosotras, nuestra historia, el origen del por qué sentimos lo que sentimos y analizar las mil maneras en que el sistema nos ha fallado y así entender las similitudes con los grupos vulnerables a los que el sistema también les ha fallado.
Una vez entendamos lo anterior, podremos crear vínculos y círculos de discusión que busquen entender las necesidades y las mil maneras de llevar las soluciones y ayuda necesaria a nuestros niños y niñas, mujeres, ancianos, miembros de los diferentes grupos étnicos discriminados por su color y creencias; y miembros de la comunidad LBGTQ+.
Sirve mencionar la importancia de invertir en educación eficiente, tomarnos el tiempo de estudiar a las líderes del nuestra historia que han marcado grandes cambios y que han retado el pensamiento ilógico de que las mujeres no somos capaces de liderar.
