En respuesta a la instrucción del Presidente José Raúl Mulino de cerrar al menos cinco pasos fronterizos con Colombia, el Ministro de Seguridad Pública, Frank Alexis Ábrego, ha ordenado el despliegue de patrulleras del Servicio Nacional Aeronaval (SENAN) en las costas del Caribe y Pacífico.
La directriz establece la retención y entrega a las autoridades policiales o migratorias colombianas de cualquier persona que viaje en bote con migrantes irregulares y trate de ingresar a las áreas jurisdiccionales de Panamá. En los caminos que comunican ambos países, el Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRONT) ha implementado cierres temporales para orientar y dirigir a los migrantes a puntos establecidos, como Lajas Blancas, una comunidad indígena ubicada sobre el río Tuqueza y Chucunaque.
“El flujo migratorio no se va a detener de un día para otro. Este problema es transnacional y afecta a Panamá como país de tránsito, además de tener implicaciones humanitarias y de seguridad debido al tráfico de migrantes, provocado por el narcotráfico y las organizaciones criminales que operan en la frontera”, destacó el ministro Ábrego.
Ábrego también señaló que existe el riesgo de que los grupos originarios pierdan su identidad cultural debido a la llegada de migrantes de diversas partes del mundo. “Hoy en día, las costumbres y tradiciones de los indígenas panameños están alteradas. Al existir otro tipo de economía, resultado del flujo migratorio, no siembran ni cosechan como hicieron sus ancestros, perdiendo esa armonía y equilibrio con la naturaleza”, explicó.
El impacto en la biodiversidad es otro tema de profunda preocupación. Los ecosistemas del Parque Nacional Darién están siendo gravemente afectados por el paso de más de 680 mil migrantes irregulares en 2023 y 2024, quienes han dejado toneladas de basura y residuos plásticos a su paso, dañando la flora y fauna del parque.