El pleno del Parlamento declaró la “permanente incapacidad moral” del mandatario en el juicio político abierto contra él, que se produce cinco meses antes de las elecciones generales en el país.
La llamada “moción de vacancia” salió adelante con 105 votos a favor, 19 en contra y 4 abstenciones, superando el número de apoyos exigidos por la Constitución (87 de 130 diputados).
La iniciativa fue impulsada por las acusaciones de corrupción contra el presidente por supuestos hechos acontecidos en su etapa como gobernador de la provincia sureña de Moquegua (2011-2014).
Vizcarra defendió su inocencia antes y después de la votación en el Congreso, asegurando que “no existe prueba de flagrancia de un delito”.
“Son hechos falsos, no corroborados, recién está empezando un proceso de investigación, son hipótesis”, manifestó Vizcarra en su intervención en la Cámara para convencer a los legisladores.
Tras confirmarse el éxito de la moción, Vizcarra aceptó la decisión, aseguró que deja su cargo “con la frente en alto” y anunció que no tomara ninguna medida legal para combatir la decisión del Congreso.
“No quiero que de ninguna manera se pueda entender que mi espíritu de servicio al pueblo haya sido tan solo una voluntad de ejercer el poder”, añadió en la sede del Ejecutivo y acompañado de los ministros de su gabinete.
La decisión de los congresistas generó protestas en Lima, donde numerosos ciudadanos se congregaron en la plaza San Martín, en el centro de la urbe, para manifestar su rechazo a la vacancia.
Vizcarra ya había enfrentado un pedido de vacancia el pasado septiembre, pero en esa ocasión el Legislativo rechazó su destitución.
La crisis política se produce en medio de la inestabilidad económica y social en el país, afectado gravemente por la pandemia de coronavirus.