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“No seamos tontos útiles.”

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Por: Mario Arenas Quijano.

Sospechosamente, en los últimos días la sociedad está observando con preocupación, cómo algunos movimientos de izquierda están radicalizando sus posiciones alrededor de temas de interés nacional.

Paralelamente, representantes de partidos políticos quienes, sin duda alguna, siguen las consignas de los líderes de sus colectivos, comienzan a lanzar consignas y exigencias que no tienen otro propósito que no sea el de alterar la paz pública y evitar que calen mensajes esclarecedores sobre las dudas que pudieran existir.

La técnica es requeteconocida. Empiezan por esparcir desinformación, y cuando al Gobierno le toca explicar y hacer docencia; suben el tono del debate y lo impiden.

Un claro ejemplo de lo que decimos es el agitador Julio Nieto, quien, sin fundamento alguno, está llamando a paro a los técnicos de laboratorio en las instalaciones del Seguro Social. Nieto es candidato a Diputado por el partido Realizando Metas que preside Ricardo Martinelli, hoy el más interesado en alterar la paz social que los panameños hemos venido disfrutando inclusive durante los muy duros días de la pandemia del Covid-19.

Martinelli está agobiado por el gravísimo problema de las acusaciones diversas que enfrenta ante la Justicia, y cuidando su pellejo, puede arrastrarnos al caos utilizando a personas como Julio Nieto.

Si permitimos que la discusión de los grandes temas de Panamá se vea saboteada por mezquinos intereses de irresponsables dirigentes políticos, las consecuencias que todos sufriremos serán gravísimas.

Si, a ciencia y paciencia de todos nosotros, ganan los insultos y el radicalismo de gente muy comprometida con intereses partidistas; todos perdemos.

Hoy, más que nunca, los panameños estamos urgidos del clima apropiado que garantice un escenario tranquilo en el que juntos encontremos soluciones prácticas a temas como el de la mina, la crisis del Seguro Social y el desempleo.

La institucionalidad del país no puede ser manipulada por operadores políticos interesados, a quienes denunciamos por seguir al pie de la letra, un plan maquiavélico que atenta contra los auténticos intereses nacionales.

Lo del contrato con Minera Panamá, y todos los otros grandes temas nacionales, solo podrán alcanzar un consenso indispensable si hacemos un alto y frenamos de una vez por todas a los que no están pensando en el país, sino en sus mezquinos intereses personales.

Con mucha fuerza tenemos que decirle NO a quienes, en medio de una campaña electoral, quieren dividirnos e inclusive: enfrentarnos para que ganen la violencia y el caos.

Esa es la ruta, no queda de otra.